El codo de tenista, también conocido como epicondilitis lateral, es una afección caracterizada por dolor en la parte externa del codo debido a la inflamación de los tendones que conectan los músculos del antebrazo con el codo. La afección suele desarrollarse por un uso repetitivo, especialmente con la extensión de la muñeca, que provoca pequeños desgarros en los tendones. Con el tiempo, estas pequeñas lesiones causan molestias importantes, que suelen empeorar gradualmente. Aunque es más frecuente entre los deportistas, sobre todo los tenistas, otras profesiones que implican movimientos repetitivos de la mano, como pintores o carpinteros, también son propensas a padecer esta dolencia.
Los síntomas del codo de tenista pueden desarrollarse sutilmente, con un dolor leve que se intensifica con el tiempo. Este dolor suele agravarse con acciones como agarrar, girar o levantar objetos. Además, puede aparecer debilidad en la fuerza de agarre, lo que dificulta tareas cotidianas como sostener una taza o dar la mano. Las molestias suelen producirse en la cara externa del codo, pero también pueden irradiarse al antebrazo o la muñeca. La mayoría de las personas afectadas tienen entre 30 y 50 años, aunque puede aparecer en cualquiera que realice movimientos repetitivos con el brazo.

El tratamiento del codo de tenista suele comenzar con medidas conservadoras. Descansar el brazo afectado y evitar actividades que desencadenen dolor es clave para prevenir daños mayores. La aplicación de hielo para reducir la inflamación, junto con antiinflamatorios no esteroideos (AINE) para aliviar el dolor, son medidas iniciales habituales. En los casos más persistentes, puede recomendarse la fisioterapia, que incluye ejercicios para fortalecer los músculos del antebrazo. En situaciones graves, puede considerarse la aplicación de inyecciones de corticosteroides o incluso la cirugía cuando los métodos conservadores no consiguen aliviar el dolor.
El papel del equipamiento y la técnica adecuados en la prevención del codo de tenista también es importante, especialmente en el deporte. El uso de herramientas ergonómicas en el lugar de trabajo o el ajuste de la raqueta en el tenis pueden ayudar a reducir la tensión en el codo. Los soportes, como las ortesis, pueden ayudar a aliviar el dolor y favorecer la recuperación, ofreciendo estabilidad adicional durante la curación.

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