Rodilla de saltador (tendinitis rotuliana)
La rodilla de saltador, conocida médicamente como tendinitis rotuliana, es una lesión común por uso excesivo que afecta a los atletas, en particular a los que practican deportes que requieren frecuentes saltos y movimientos explosivos. Se produce cuando el tendón rotuliano, que conecta la rótula con la tibia, se inflama o se rompe debido a un esfuerzo repetitivo. Esta lesión es especialmente frecuente entre los jugadores de balonmano, baloncesto y voleibol debido a la intensa presión que se ejerce sobre las rodillas durante los saltos rápidos y las acciones de aterrizaje. En el balonmano, la rodilla que se utiliza para impulsarse durante el salto suele soportar la mayor parte de esta tensión, lo que provoca lesiones frecuentes en esa pierna.
La tendinitis rotuliana se desarrolla gradualmente, comenzando con un dolor leve en la base de la rótula, especialmente después de la actividad física. Si no se trata, la afección puede empeorar, provocando dolor crónico, rigidez y dificultad para realizar actividades que impliquen flexionar la rodilla, como ponerse en cuclillas o bajar escaleras. El dolor puede hacerse más persistente e interferir con las actividades cotidianas, dificultando que los deportistas sigan entrenando o compitiendo.
Cómo puede afectar negativamente a la rodilla el uso excesivo
La lesión suele estar relacionada con el uso excesivo y una biomecánica inadecuada, ya que la tensión repetitiva debilita las fibras del tendón. Con el tiempo, pueden formarse microdesgarros que provocan inflamación y degeneración del tendón. Los deportistas que aumentan repentinamente la intensidad o frecuencia de su entrenamiento corren un mayor riesgo de desarrollar rodilla de saltador. Otros factores que contribuyen a este problema son las rutinas de calentamiento inadecuadas, los desequilibrios musculares (especialmente la debilidad del cuádriceps) y las técnicas de salto deficientes.
El tratamiento suele consistir en una combinación de reposo, fisioterapia y ejercicios de fortalecimiento para aliviar el dolor y mejorar la salud del tendón. En casos graves, pueden ser necesarias intervenciones avanzadas como inyecciones de corticosteroides, terapia con plasma rico en plaquetas o incluso cirugía. El diagnóstico y el tratamiento precoces son esenciales para evitar el empeoramiento de la afección y garantizar una reincorporación satisfactoria a la práctica deportiva.